Desde luego, la forma más fácil es el uso hábil del agua. Con el fin de reducir la temperatura en la habitación de 2 a 5 grados, debe humedecer regularmente el aire. Puede conseguirlo utilizando un spray convencional cada hora en toda la habitación, también puede rociarse usted mismo. Al evaporarse el líquido, tu piel se sentirá notablemente fresca. Si quieres una opción más cómoda puedes probar con un enfriador de agua portátil.
Se recomienda esconder objetos como textiles, etc. en el armario. La temperatura del aire desciende especialmente cuando se retira la alfombra del suelo. Refleja los movimientos del aire, lo que impide la penetración del frío desde el suelo al resto de la habitación.
El calor dificulta el sueño, así que mantenga la cama fresca. Durante el día, la ropa de cama puede doblarse en bolsas y colocarse en una nevera. Hacer eso todos los días puede ser un verdadero problema, pero puede limitarse a unos pocos artículos, por ejemplo, enfriar sólo las almohadas o las sábanas de esa manera.
Utilizar hielo, similar a rociar agua, puede bajar la temperatura de la habitación unos cuantos grados. Para ello, basta con congelar unos cuantos cubitos de hielo en la nevera y colocarlos en un recipiente. Se derretirán poco a poco y enfriarán la temperatura del aire.
No es recomendable utilizar durante el día aparatos eléctricos que calienten considerablemente la habitación. Estos son las aspiradoras, las planchas, los ordenadores personales y las impresoras.
Hay otro consejo interesante sobre cómo enfriar una habitación cuando hace calor sin aire acondicionado. Consiste en utilizar varios cuencos con agua y sábanas. El cuenco debe colocarse cerca de la puerta, y la sábana debe colgarse de forma que sus extremos estén en contacto con el agua. La tela absorbe gradualmente el agua, enfriando así toda la habitación. Es importante utilizar una sábana lo más grande posible, cuanto más ancha sea, más rápido se producirá la evaporación y una transferencia de calor.
Es muy posible enfriar una habitación con un ventilador. Para ello, se necesita un ventilador y varios litros de agua. Naturalmente, todo el líquido debe ser llenado en un determinado recipiente (un recipiente como botellas de plástico y cuencos). Llena un recipiente con el agua y colócalo en el congelador durante unas horas hasta que se convierta en hielo, vuelve a sacar el recipiente y ponlo delante del ventilador. Recuerda que el flujo de aire del ventilador debe apuntar a este recipiente. El primer resultado ya se espera después de 10-15 minutos de funcionamiento del ventilador. Pero para que el aire no se vuelva a calentar, al derretirse el hielo, hay que cambiar los recipientes por otros más fríos.
Una de las mejores alternativas al sistema de aire acondicionado es un ventilador de techo que casi no hace ruido. Con este aparato, sentirá rápidamente que se ha hecho más fácil respirar en la habitación.