El primer truco es hacer una carpeta oculta dedicada. Sólo tienes que crear una nueva carpeta y poner un punto delante de su nombre. No importa cómo la nombres, sólo pon un punto delante. Esto básicamente le dice a Android que se olvide de esta carpeta y que nunca mire dentro de ella. Sólo los administradores de archivos y las aplicaciones específicas del sistema son conscientes de su existencia. Esto significa que los archivos ocultos en su interior no aparecerán en la galería, reproductores multimedia, clientes de correo electrónico, editores de oficina y similares.
La segunda opción es ocultar los archivos multimedia dentro de una carpeta ya existente creando un archivo .nomedia dentro de ella. Este archivo no tiene extensión ni contenido. Es simplemente un archivo vacío llamado ‘.nomedia’ sin las comillas. Esto ocultará todos los archivos multimedia (imágenes y vídeos) de cualquier aplicación que intente interactuar con ellos.
¡Importante! Asegúrese de habilitar la visualización de los archivos y carpetas ocultos dentro de su Administrador de Archivos, porque de lo contrario no podrá acceder a sus archivos. En realidad, la parte más difícil de todo el proceso de ocultación es encontrar un gestor de archivos que te guste utilizar. Si su teléfono o tableta no viene con uno, pruebe ES File Explorer. Es gratuito, tiene todas las funciones, es compatible con 30 idiomas y está muy bien valorado en Google Play. Tiene un poco de curva de aprendizaje, pero es una aplicación pulida digna de atención.