Bueno, necesidades de la trama, sobre todo, si se tiene en cuenta que todo el equipo científico del ejército de Frieza, a pesar de lucir en promedio niveles tecnológicos mucho, mucho más avanzados en varios campos, sólo fue capaz de parchear a su maestro a un cyborg de nivel fulano -más fuerte y resistente, pero nada demasiado impresionante.
Claro, Frieza fue desgarrado y severamente dañado, pero su raza ha demostrado una y otra vez ser bastante funcional incluso cuando está masivamente lisiado o incluso mutilado.
Para ser justos, también es cierto que los regímenes tiránicos/opresivos con poca o ninguna recompensa, no son un buen terreno para la innovación – por lo que es bastante probable que la mayoría de las tecnologías del ejército de Frieza vinieran de fuera, teniendo sólo algunos técnicos más o menos pasivos en sus filas.
Por otro lado, el Dr. Gero tenía un genio científico importante y más de una década para centrarse fanáticamente en la forma de superar a Goku en su juego, con el fin de vengar a su hijo directamente o el compromiso de su hijo de toda la vida (el ejército RR, otra parte de la trama que Toriyama aparentemente se olvidó de insertar en el producto original – pero es posible que sepas que C16 fue construido para reemplazarlo, pero finalmente se consideró un fracaso, ya que sus sentimientos humanos harían una pobre máquina de matar del tipo grande).
Y la venganza puede ser un motor bastante fuerte, pregúntale a Vegeta por ejemplo 😀
Recogiendo datos de los Z-Fighter, lamentablemente ignorando lo mucho que progresaron cuando se trasladaron a Namek y fuera de su vista, el doctor fue capaz de ingeniar cómo hacer varias armas cibernéticas y/u orgánicas que superaran esa destreza de combate.
Hizo varios intentos (en Bola de Dragón sólo conocemos al número 8 como su última creación, mientras que en DBZ parten del 17, 13 si incluyes una película no canon), posiblemente por varias vías, desde las completamente mecánicas (C16, al parecer) hasta las potenciadas de niños secuestrados (Lapis y Lázuli, aunque quizá las conozcas mejor como C17 y C18).
Como ingeniero que soy, no me sorprendería demasiado ver lo mucho que se puede mejorar yendo por un campo que, básicamente, nunca fue ni siquiera tocado por la idea de la optimización, y aquí supongo que es donde el doctor Gero consiguió las mayores victorias, lo que posiblemente explique (en parte, al menos) por qué consiguió hacer tanto con una única y sola obsesión que le llevó más de una década de trabajo.