Dependiendo de lo nuevo que sea el ordenador nuevo y de lo viejo que sea el ordenador antiguo, las diferencias pueden ser enormes o poco.
En general, los ordenadores más nuevos van a ser más pequeños, menos caros (comparados con el ordenador antiguo cuando era nuevo), más potentes y/o más eficientes, y tienen más funciones. Desde los primeros tiempos hasta mediados de la década de 2000, las velocidades de reloj y la potencia de procesamiento crecieron exponencialmente. La velocidad y la capacidad de la memoria RAM crecieron. La velocidad y la capacidad de almacenamiento crecieron, y la cantidad de energía necesaria para una cantidad determinada de rendimiento ha disminuido.
A mediados de la década de 2000 llegó la introducción de los procesadores multinúcleo, y aunque la velocidad de reloj en bruto no ha aumentado tan rápido como antes, los múltiples núcleos ayudan a distribuir las tareas entre los núcleos.
Para una determinada generación de ordenadores, tendrá dispositivos de gama baja, media y alta.
Además de tener múltiples núcleos, muchos procesadores modernos tienen características que hacen un uso más eficiente de esos núcleos, como el hiperhilo de Intel, y la capacidad de reducir la potencia o apagarse para evitar el sobrecalentamiento.
Algunos avances incluyen la eliminación de algunos materiales peligrosos como el plomo de los ordenadores.