El atractivo de la informática para mí en el aspecto teórico es que es matemática. Uno puede probar sus resultados y estar seguro de que son correctos (dentro de las limitaciones humanas). En contraste con las ciencias físicas, donde las teorías nunca son 100%. Sólo son buenas mientras proporcionen predicciones correctas sobre el siguiente experimento. Esta observación no pretende denigrar a las ciencias físicas, sino sólo explicar la diferencia que hace que la informática y las matemáticas me resulten más atractivas como actividad intelectual. Estoy más que feliz de que otros encuentren las ciencias físicas más atractivas porque la vida como informático sería mucho menos productiva si no tuviéramos los dispositivos de computación que son realizables debido a los avances en las ciencias físicas.
El atractivo en el lado de la programación es la satisfacción psicológica de ver el producto mental de uno convertirse en un sistema en el mundo real. Con una pizca de intuición, un poco de teoría y algunos cálculos de ingeniería juiciosos, combinados con una chispa creativa, uno puede crear sistemas que parecerían de ciencia ficción para alguien que viviera hace 100 años. Y todo es mejor cuando esos sistemas facilitan la vida de las personas.
Filosóficamente, encuentro que mi comprensión de la computación me ayuda a poner orden en la forma en que creo mis modelos mentales del mundo fuera de la CS. Por ejemplo, ver la mente humana como un conjunto de fenómenos emergentes debidos a los procesos computacionales subyacentes del cerebro es mucho más plausible y atractivo para mí que hipotetizar fenómenos metafísicos no verificables como las almas.
Las fantasías distópicas no me molestan. Las realidades distópicas sí.
Por poner un ejemplo de una fantasía distópica, no me asusta ni me molesta la idea de que las máquinas puedan esclavizar a los humanos. Me molesta y asusta el hecho de que algunos humanos decidan utilizar las máquinas como herramientas para esclavizar a otros humanos. Como especie, ya hemos mostrado una propensión a esclavizar a otros, como demuestra la historia y el tráfico humano actual.
En general, la tecnología no me asusta. La forma en que la gente elige utilizar la tecnología sí puede hacerlo. La ciencia nos da conocimiento. La ingeniería nos da herramientas. Ni el conocimiento ni las herramientas son buenos o malos. Siempre hay que hacer concesiones sobre cómo y cuándo utilizar el conocimiento o las herramientas, es decir, ¿los aspectos beneficiosos de una aplicación superan las consecuencias negativas? La bondad o maldad reside en la elección humana, no en el conocimiento o la herramienta.