LOS CUATRO VALORES DEL MANIFIESTO ÁGIL
El Manifiesto Ágil se compone de cuatro valores fundamentales y 12 principios de apoyo que dirigen el enfoque ágil del desarrollo de software. Cada metodología ágil aplica los cuatro valores de forma diferente, pero todas se basan en ellos para guiar el desarrollo y la entrega de software de alta calidad y que funcione.
1. Individuos e interacciones por encima de procesos y herramientas
El primer valor del Manifiesto Ágil es «Individuos e interacciones por encima de procesos y herramientas». Valorar más a las personas que a los procesos o las herramientas es fácil de entender porque son las personas las que responden a las necesidades del negocio e impulsan el proceso de desarrollo. Si el proceso o las herramientas impulsan el desarrollo, el equipo tiene menos capacidad de respuesta al cambio y menos posibilidades de satisfacer las necesidades del cliente. La comunicación es un ejemplo de la diferencia entre valorar a las personas y al proceso. En el caso de los individuos, la comunicación es fluida y se produce cuando surge una necesidad. En el caso de los procesos, la comunicación está programada y requiere un contenido específico.
2. El software de trabajo por encima de la documentación exhaustiva
Históricamente, se dedicaban enormes cantidades de tiempo a documentar el producto para su desarrollo y entrega final. Especificaciones técnicas, requisitos técnicos, prospecto técnico, documentos de diseño de interfaz, planes de prueba, planes de documentación y aprobaciones necesarias para cada uno. La lista era extensa y era una de las causas de los largos retrasos en el desarrollo. Agile no elimina la documentación, sino que la racionaliza de forma que el desarrollador disponga de lo necesario para realizar el trabajo sin atascarse en minucias. Agile documenta los requisitos como historias de usuario, que son suficientes para que un desarrollador de software comience la tarea de construir una nueva función.
El Manifiesto Ágil valora la documentación, pero valora más el software que funciona.
3. Colaboración con el cliente por encima de la negociación del contrato
La negociación es el período en el que el cliente y el gestor de productos trabajan en los detalles de una entrega, con puntos a lo largo del camino en los que los detalles pueden ser renegociados. La colaboración es una criatura totalmente diferente. Con modelos de desarrollo como el de cascada, los clientes negocian los requisitos del producto, a menudo con gran detalle, antes de que comience el trabajo. Esto significaba que el cliente participaba en el proceso de desarrollo antes de que éste comenzara y después de que se completara, pero no durante el proceso. El Manifiesto Ágil describe a un cliente que se involucra y colabora durante todo el proceso de desarrollo, haciendo. Esto hace que sea mucho más fácil para el desarrollo satisfacer las necesidades del cliente. Los métodos ágiles pueden incluir al cliente a intervalos para realizar demostraciones periódicas, pero un proyecto podría tener con la misma facilidad a un usuario final como parte diaria del equipo y asistiendo a todas las reuniones, asegurándose de que el producto satisface las necesidades empresariales del cliente.
4. Responder al cambio por encima de seguir un plan
El desarrollo de software tradicional consideraba el cambio como un gasto, por lo que debía evitarse. La intención era desarrollar planes detallados y elaborados, con un conjunto definido de características y con todo, por lo general, teniendo una prioridad tan alta como todo lo demás, y con un gran número de muchas dependencias para entregar en un orden determinado para que el equipo pueda trabajar en la siguiente pieza del rompecabezas.
Con Agile, la brevedad de una iteración significa que las prioridades pueden ser cambiadas de iteración a iteración y las nuevas características se pueden añadir en la siguiente iteración. El punto de vista de Agile es que los cambios siempre mejoran un proyecto; los cambios proporcionan un valor adicional.