Discutiblemente, ya no tenía sentido comercial. Trabajé en el Reproductor de Windows Media al mismo tiempo que Movie Maker estaba en desarrollo activo, y en ese momento gastamos mucha gente y dinero para hacer que Windows, y los PC en general, fueran útiles para las aplicaciones multimedia de los consumidores. En aquel momento no había teléfonos inteligentes para grabar películas, pero sí muchas videocámaras digitales independientes. Tener una buena pero sencilla aplicación de edición en el PC tenía mucho sentido, porque la cámara sólo servía para la fase de captura, pero era inútil para la edición.
Hoy en día se puede hacer más o menos lo mismo directamente en el dispositivo con el que se grabó el vídeo, el teléfono, y la mayoría de los vídeos acaban en YouTube o TikTok o algo así, no en «películas caseras» cuidadosamente editadas. El PC, como resultado, todavía tiene sentido para la edición complicada de nivel profesional (inserción de efectos, edición no lineal, etc. a la Adobe Premiere o herramientas Avid), pero creo que Microsoft ya no vio la necesidad de invertir fuertemente en herramientas de medios digitales de consumo libre.