Primero, cuando tu ordenador arranque intenta entrar en la BIOS/UEFI pulsando las teclas de función nada más arrancar. Si esto funciona, sabrás que no es un problema de hardware ni de BIOS/UEFI. Si esto no funciona, intente utilizar otro ordenador que sea capaz de escribir en un CD o unidad flash para hacer una unidad de recuperación en ese disco. Muchos ordenadores arrancan desde el CD de forma automática, por lo que es posible que no tengas que preocuparte de pulsar una tecla hasta que diga «Pulse cualquier tecla para arrancar el CD…», lo cual deberías poder hacer. Si consigues entrar en la BIOS, cambia el orden de arranque de los dispositivos para que los dispositivos USB y los CD’s arranquen primero, aunque lo más probable es que el CD esté en la parte superior. Una vez que arranques en la unidad de recuperación deberías ser capaz de averiguar tu problema y, con suerte, solucionarlo. Si compruebas la carpeta de Windows es posible que encuentres archivos corruptos que puedes sustituir por archivos de la unidad de recuperación. Una vez me pasó algo parecido y pude solucionarlo simplemente ejecutando chkdsk desde la línea de comandos. Si nada de esto funciona puede que tengas que reinstalar Windows, pero aun así podrás hacer una copia de seguridad de tus cosas si consigues que funcione un USB al arrancar desde la unidad de recuperación.