¿Quieres que tu PC suene así? Si no es así, necesitas una tarjeta de sonido.
Otros ordenadores de la época, como el Amiga, el Atari y el Macintosh venían con capacidades de sonido integradas, pero el PC no. En el caso del PC, era necesario comprar una tarjeta de sonido para obtener cualquier sonido que no fuera un pitido.
La primera tarjeta de sonido popular fue AdLib. Era sintetizadora, por lo que utilizaba fórmulas matemáticas para crear sus sonidos (para imitar instrumentos musicales). Una canción típica tendría apenas 40 kB porque sólo contenía las notas y los parámetros de cómo configurar las fórmulas. No había sonido grabado. Esto era adecuado para los ordenadores de la época. Aunque sonaba mejor que un simple pitido, estaba bastante lejos de los instrumentos reales:
Para conseguir un sonido ligeramente mejor, se podía comprar una tarjeta de sonido más cara, como la Roland MT-32. También utilizaba matemáticas, pero fórmulas más complejas, y tenía grabaciones reales de sonidos de batería (ya que son difíciles de describir matemáticamente).
Luego llegaron las tarjetas Sound Blaster. Inicialmente tenían las mismas capacidades musicales que AdLib, pero introdujeron el muestreo. Con una Sound Blaster podías grabar sonidos y reproducirlos. Podía haber efectos de sonido y voces en los juegos, ¡muy espectacular!
El siguiente paso fue Gravis Ultrasound que no utilizaba fórmulas para crear el sonido, en su lugar se grababan todos los instrumentos musicales. Pero la memoria era limitada (256 kB, ampliable a 1024 kB) por lo que no era posible grabar cada nota de una trompeta durante 10 segundos (por ejemplo). En su lugar, quizá se podían grabar 0,5 segundos de cada quinta nota y el resto había que hacerlo matemáticamente (repitiendo los sonidos, tocándolos a diferentes frecuencias). Obviamente es más realista que AdLib, pero todavía no es del todo real:
Sound Blaster lanzó una nueva serie de tarjetas de sonido, llamada AWE, que también tenía grabaciones de instrumentos como Gravis Ultrasound pero con más memoria.
A medida que los ordenadores se hicieron más potentes, en lugar de incluir datos musicales (que sonaban de forma diferente según el tipo de soundchip que tuviera el usuario), se pudo incluir música pregrabada -como un CD (o MP3), y las tarjetas de sonido de hoy en día suelen estar integradas en la placa base y sólo son capaces de grabar y reproducir sonido. Si quieres sintetizadores, se emulan en software.
A menos que seas un compositor, los chips de sonido bulit-in son en su mayoría suficientes hoy en día.