Creo mundos.
Estoy jubilado, pero todavía me gusta codificar. Así que me meto en un nicho de simulación llamado hiperrealidad. Este es el tipo de codificación que hace sudar la gota gorda y requiere un tipo especial de fanático para trabajar.
Muchas cosas son emisores de luz basados en el calor. Así que te pasas semanas recopilando documentos sobre la radiación del cuerpo negro y cómo convertir los resultados del sistema de color CIE al sistema RGBA que se utiliza en el trabajo gráfico.
Otro par de semanas rebuscando en bases de datos como Sinbad recogiendo datos sobre estrellas y datos orbitales de planetas similares a la Tierra. Todo para poder poner un «sol» en el cielo del color correcto (código de cuerpo negro de nuevo) y que salga o se ponga en el lugar correcto para la ubicación de ese mundo en ese día de su órbita.
Y más investigación sobre el clima planetario, estudiando el transporte de polvo y humedad…. Junto con el escaneo de las imágenes del suelo tomadas por la sonda Opportunity para que el suelo sea un buen partido para Marte cuando sea colonizado.
Aprovechar el motor de física para proporcionar un mejor comportamiento balístico. Mucho trabajo para hacer mejores balas, proyectiles, granadas, etc. Incluso se tienen en cuenta características como el humo de cada propulsor y explosivo.
Y así sucesivamente. Hace un tiempo la documentación del código era de más de 1 millón de líneas – afortunadamente formateada por una herramienta que utiliza la información incrustada en las rutinas.
En general es bastante chulo. 🙂