La pregunta es imprecisa en dos puntos: qué se entiende por «analista financiero», y si el «rendimiento de la empresa» se analiza desde una perspectiva interna o externa. Si por analista financiero se entiende un analista dentro de una empresa que busca analizar y pronosticar el rendimiento de esa empresa en particular de acuerdo con los datos recopilados internamente (como las entradas del libro mayor), entonces se utilizaría Excel o algún otro programa de hoja de cálculo como mínimo, y potencialmente alguna forma de recopilación y agregación de datos como una base de datos general o una plataforma de planificación de recursos empresariales más especializada para organizar y producir esos datos para su posterior análisis. Sin embargo, casi todo el análisis se realizará normalmente utilizando Excel.
También se podría decir que Excel sería la herramienta elegida si por analista financiero se refiriera a un analista que busca analizar los datos reportados por una empresa distinta a la suya. Nótese lo que ambos analistas tienen en común: están analizando resultados históricos. Para este trabajo, Excel y herramientas similares son suficientes.
Sin embargo, cuando cualquiera de los dos analistas comienza a analizar o intentar pronosticar cosas que están fuera de su esfera de control, entran en juego herramientas más robustas, normalmente en forma de paquetes de análisis estadístico como Crystal Ball, SAS u otras herramientas que pueden utilizarse para el análisis de escenarios y sensibilidad. Cualquier previsión se convierte entonces en una combinación de los algoritmos de previsión, las suposiciones realizadas y los datos utilizados para apoyar los cálculos, junto con mucha suerte. La debilidad inherente a la modelización es que la realidad es caótica y contiene múltiples entradas que resultan de decisiones ilógicas. Lo mejor que puede hacer cualquiera es hacer los cálculos y actuar en consecuencia… o no.