Aprendo algo nuevo y fascinante cada vez que visito el subreddit de Pregúntale a la Ciencia. Este hilo, que comenzó como una pregunta sobre la conexión a Internet de la ISS, es fascinante. La conexión a Internet utiliza la banda Ku, que ofrece un rendimiento de unos 10Mbit/seg de bajada y 3Mbit/seg de subida desde la estación, lo que equivale a una conexión a Internet doméstica. Sin embargo, la latencia será sin duda peor, ya que la señal tiene que hacer un par de viajes de ida y vuelta a la órbita geosíncrona.
El hilo también tenía información sobre los ordenadores utilizados por la tripulación y el control de tierra en la estación. Actualmente, la NASA utiliza en la ISS ordenadores portátiles Lenovo T61p ligeramente modificados con Windows 2000. Las modificaciones no son para endurecer los portátiles contra la radiación cósmica, sino que tienen que ver con la refrigeración. Los refrigeradores pasivos dependen de la convección del aire, que no existe en la microgravedad. En la Tierra, cuando el aire que rodea a un radiador se calienta, se vuelve más ligero que el aire frío que lo rodea y se eleva. En la microgravedad de la ISS, no hay ni arriba ni abajo, por lo que el aire que rodea a un radiador se calienta cada vez más, y no se aleja. Añadir ventiladores para mover el aire a través de los refrigeradores pasivos resuelve el problema. Si los portátiles utilizan tubos de calor para mover el calor dentro de la máquina, supongo que también habrá que cambiarlos. Las tuberías de calor utilizan la convección, junto con un líquido refrigerante que hierve a baja temperatura, para transferir eficientemente el calor de los componentes calientes (CPUs y GPUs normalmente) a una única configuración de radiador y ventilador.
Estos son sólo un par de puntos destacados. Merece la pena leer todo el hilo, aunque sólo sea para conocer el laboratorio de microgravedad a nivel del mar que es teóricamente posible:
…se podría (al menos en principio, sin importar el desmesurado gasto) construir un tubo evacuado que rodeara la tierra, y orbitar un laboratorio a nivel del mar dentro de él. Ese laboratorio experimentaría la microgravedad, a pesar de no estar en el espacio.