Como se ha mencionado, la mayor diferencia es la portabilidad.
Los ordenadores portátiles están limitados en cuanto a su capacidad de expansión interna. Lo único que se puede ampliar es la memoria RAM y el disco duro (o SSD, según el caso). Internamente, no se pueden actualizar las placas base, las tarjetas gráficas, las CPU o añadir cosas como puertos …