Dos palabras: disonancia cognitiva.
El proyecto’ es un perdedor. Tal vez el equipo o la gestión no está a la altura, o no hay suficientes recursos, o los requisitos son ilógicos. Tal vez la realidad ejecutiva o del mercado exterior rechace incluso el mejor producto. Por la razón que sea, no va a tener éxito. La gente lo reconoce. Se convierte en una marcha de la muerte una vez que la gente empieza a darse cuenta de que sus carreras se adaptan mejor si se alejan de él que si siguen trabajando en él.
Esto no es raro. Las marchas de la muerte son comunes en el software, porque la mayoría de los gerentes de software no tienen idea de cómo motivar a las personas con talento, y porque sus objetivos profesionales (grandes proyectos de software) están en desacuerdo con las necesidades de los mejores talentos (equipos pequeños, iteración rápida, alta autonomía).
Lo más doloroso es que nadie puede decir lo obvio. Decir que el proyecto va a fracasar es un suicidio profesional; te conviertes en un empleado problemático y te despiden rápidamente. Así que existe la necesidad de fingir que el proyecto es realmente importante, y que vas a hacer todo lo posible para entregarlo a tiempo… cuando en realidad estás planeando una salida.
Dependiendo de tu composición, estar en una marcha de la muerte puede ser desde tolerable a divertido (para un sociópata, porque es una gran manera de recoger datos sobre el comportamiento humano) a intensamente horrible. Para los tipos excesivamente honestos que suelen acabar siendo ingenieros de software, tiende al extremo «intensamente horrible» porque se preocupan demasiado por su trabajo. Esa es la disonancia cognitiva de la que hablaba; algunas personas realmente luchan por fingir entusiasmo por un esfuerzo profesional al que ya han renunciado.
Lo que realmente deberías hacer si estás en un proyecto de marcha de la muerte es (a) seguir todas las órdenes que te den, (b) evitar que te den órdenes si puedes (es decir, no te ofrezcas como voluntario para más trabajo), (c) parecer siempre ocupado y productivo, y (d) empezar a hacer proyectos paralelos (y, posiblemente, buscar otros trabajos) para mantener la cordura. Un proyecto de marcha de la muerte puede ser un gran momento para desarrollar habilidades no relacionadas con el reloj, porque suele haber mucho tiempo de inactividad debido a los errores de comunicación. No puedes detener la marcha de la muerte, ya que tus posibilidades de convencer a los ejecutivos para que cambien de opinión (y cancelen el proyecto o le den los recursos que necesita para tener una oportunidad de éxito) son prácticamente nulas. Tampoco puedes solucionarlo trabajando en exceso (y, aunque lo hagas, sólo te conviertes en un basurero para el trabajo sucio). Lo mejor que puedes hacer, en cambio, es quedarte callado, parecer siempre ocupado y centrarte en tu propio vector profesional.